sábado, 28 de noviembre de 2009

A Jaime Bayly

El siguiente es un mail que le escribí al Jaime Bayly el día martes 26 de Noviembre a las 2:06 a.m.

No suelo escribirle a famosos, entiendo que están 'muy ocupados' y me da hartera el pensar que mis correos los leen secretarias que no valoran el trabajo que uno se toma en escribirles a sus jefes -en su caso, aquella enana que tanto menciona en el programa-.

Bueno, suponiendo que esta vez, por cuestiones del destino e intervención divina de el de arriba -no mi primo el del tercer piso, si no aquel Dios del que usted y yo dudamos de su presencia- usted lee este mail. Solo quiero decirle que sea bienvenido a Colombia. Que lo mejor que ha hecho Claudia Gurisatti, aparte de separarse -o cualquiera que sea el motivo por el cual está soltera- es traerlo para su canal, no me pierdo su programa. Llego de la Universidad, me echo a dormir, como algo -ya despierto, porque aun no logro comer y dormir al mismo tiempo- y sintonizo el programa. Muchas gracias por alegrarnos las noches. Espero malgastar mis ahorritos pronto y comprar su nueva novela.

No siendo más, de nuevo bienvenido a nuestro país, espero algún día venga a conocer Cali.

PD: si este mail lo leyó su enana dígamelo por favor para así no seguir escribiéndole en una próxima oportunidad.

Saludos

Julián Hernández
Cali, Colombia


Bayly Respondió el mismo día a las 5:23 p.m.

Gracias, querido Julián, por ese correo tan divertido y alentador. Celebro que te guste el programa. Me hiciste reír. Que la universidad te sea leve. Un abrazo, todo lo mejor.
Jaime

domingo, 22 de noviembre de 2009

Una decepción amorosa

Cuando me preguntan sobre de que es mi blog yo no sé que responder: me corchan, quedo sin que decir. No saben cómo me gustaría responder cosas como: ‘en mi blog procuramos analizar la situación política de Lituania’ o ‘damos consejos prácticos para la siembra de yuca madura en altiplanos como Chigorodo en Antioquia’.

No! Nada de eso, si aquí se dan un par de consejos, estos seguramente no son prácticos. Y si de política se trata, mantendría diciendo cosas como que el presidente de Colombia no debería de ser el señor Álvaro Uribe, él debería de ser es el dueño: así nos ahorraríamos cada cuatro años tantas vainas de referendo, tanto irrespeto a la constitución. Solo es nombrarlo dueño de Colombia y listo, así uno sabe a qué atenerse.

Infortunadamente ante esa pregunta me quedo sin respuesta, me toca decir la verdad: que este blog es acerca de nada, que trata básicamente de desfachateces que se le ocurre escribir a su dueño –porque yo si soy el dueño legal de esto, ya tengo las escrituras de mi blog y no tengo que estar haciendo referendos para perpetuarme en el poder: porque ya lo estoy-.

Como ustedes se han podido dar cuenta pocas veces he hablado acerca de la publicidad. No lo he hecho por la simple y cobarde razón de que si me pongo a hablar de publicidad seguro se van a dar cuenta que no sé ni un culo de eso y mi mamá muy desilusionada sabrá que esa plática se está perdiendo.

Otro tema espinoso para mí en cuanto a escribir de él se refiere es el amor. Prácticamente por lo mismo que no escribo sobre publicidad: tampoco sé un culo de eso. Pero al menos de la publicidad estoy seguro de que existe.

Esta historia de amor comienza hace muchos años cuando conocí a esta chica. No recuerdo cuando la vi ni quien me hizo el favor de presentármela.

Se trata de un amor a primera vista. La vi, me gusto, me cautivo, de una quede enamorado de ella. Ella tiene ese ‘no es que, en ese no sé donde’ que siempre busco en una mujer. Posee esa magia que me hace pensar todo el día en ella.

Ella controla mis sentimientos. Es más, gracias a ella sé que tengo sentimientos. Ella me hace reír, me hace pensar, me hace querer, la defiendo a capa y espada, me alegra la vida, la veo siempre que puedo, me dio esperanzas y hace muy poco me hizo llorar –a mi manera, pero lloré-.

Lamentablemente soy una persona que siempre está buscándole defectos a la demás gente. No sé porque lo hago, o que pretendo al hacerlo. Consciente de que nadie es perfecto –comenzando conmigo mismo: el más imperfecto de todos- salgo a la tarea de encontrarle las falencias interpersonales de quienes me rodean, y quienes no también: si me encuentro a alguien por ahí y le veo un moco asomado, seguro lo notaré.

Con todo y eso la chica quien protagonista esta publicación tiene un margen mínimo de defectos. A veces me hace trasnochar –pero no es su culpa- y tiene muchísimos pretendientes –cosa que tampoco es culpa suya-, yo, a diferencia de muchos, si la amo de verdad. Muchos la dicen querer pero yo sé que no es cierto, ni siquiera saben mucho de ella. Son unos interesados, la buscan por la plata y por su físico. En cambio yo hasta conozco a sus padres y que tales.

Esta ‘tragicomedia’ –genero de nuestro libro de amor- se consolido hace un año y medio aproximadamente cuando oficializamos nuestra relación.

Como es normal en todas las relaciones: al comienzo todo fue maravilloso, nos entendíamos perfectamente, éramos el complemento del otro y así mismo en el sentido contrario. Pero aquella ‘luna de miel’ en la que estábamos se acabo esta semana. No se acabó porque ella o yo lo hayamos querido así, se acabó porque se tenía que acabar, así es la vida –hablo de la luna de miel, la relación nunca se acabará, o al menos eso espero-.

Esta no es una decepción cualquiera, es una decepción que marca –vaya ironía- he tenido y tendré pocas decepciones con las mujeres -hablo específicamente del amor- porque de ellas no espero nada. Y antes de que me malinterpreten voy a decir mi razón: si no esperas nada, si no te importa, no te duele. Es decir, si no esperas nada y no pasa nada, pues nada, como nunca esperaste nada, pues no pasa nada, no hay decepción –espero me comprendan-.

Sé que estoy dando muchas vueltas, pero entiendan que este tipo de situaciones me ponen mal. Yo de ella si esperaba mucho, en si esperaba todo, y lo sigo esperando porque la cosa no acaba aquí, esto apenas comienza y nos queda mucho por vivir.

La Publicidad es el amor de mi vida –hasta ahora, porque aun no conozco al verdadero, si es que existe- y hace poco me mostro su rostro menos amable: la cara de la derrota.

Soy un ganador, y aunque queden muchas dudas sobre eso, al menos es lo que yo enceguecidamente creo.

Siempre que participo en algo, lo hago de corazón, con pasión, en el futbol le llamábamos la formula fritanga: garra, huevo y corazón. Así es en todo, siempre quiero ganar ¿para eso se compite no?

En este caso era una licitación que desempeñaba el papel de trabajo final de la materia Construcción de Marca –ya ven porque la ironía- cada grupo tenía una categoría (detergentes, cremas dentales, salsas de tomate, etc) y debía desarrollar lo visto durante todo el semestre. Solo habría un gran ganador.

Como pueden deducirlo: no gane. Estoy destrozado, el próximo lunes tengo cita con psicóloga y todo.

Supe de un caso en el que una hembrita decía que a ella no le importaba haber perdido la licitación, pues aun así la materia le iba a quedar más alta que a los ganadores. A ella le quiere decir que bien por ella, que siga así, pero que el que gana gana y punto. Después del primero todos son perdedores y que si a mí me ponen a escogen, yo prefiero ganar la licitación y que la materia me quede bajita a no ganar y que me quede alta la materia. Uno nota no define a un publicista, hay q dar resultados, ¿qué sacas teniendo un promedio altísimo si a la hora de laborar en el medio no vas a ser nadie? Felicidades a los ganadores y que envidia –de la mala-.

Pero bueno, como dice aquel filósofo colombiano: perder es ganar un poco y ese ‘poco’ fue que le envié un mail a un duro de la publicidad aquí en Colombia mostrándole la pieza para revista que había hecho para la licitación. En respuesta me dijo que le había encantado, me corrigió ahí una cosa y me propuso que si le hacia una ‘pequeña’ mejora me lo publicaba en su página de internet. Aun no le he respondido, me estoy haciendo el importante.


BONUSTRACK: Muchas gracias a todos por sus comentarios, me llenan de alegría, por favor síganlo haciendo. Como lo prometido es deuda aquí están los afortunados ganadores de las manillas para la reconstrucción de El Salado. Felicitaciones para ellos. Por interno cuadramos la entrega.

Ángela Quiceno
Laura Betancourt
Cesar Hurtado
Marcela Gómez
Diego Fernando Londoño alias ‘Chipo’

domingo, 8 de noviembre de 2009

Mis plegarias

Nací bajo el lecho de una familia 100% católica. Mi abuela Aleja, la abuela que más quiero –pues es la única que tengo- tiene una magnífica relación con Dios y todos sus secuaces: La virgen, el barbudo y todos los santos –menos Juan Manuel, pues con todo esto de los falsos positivos mi abuela lo sacó del llavero-.

Según entiendo, mi abuela se le ha entregado no en cuerpo pero si en alma a Dios. Todos los sábados va a misa, colabora constantemente con la iglesia, en semana santa dirige un poco de actividades y por supuesto todos los curitas la adoran –no sé qué tanto-. Pero no me preocupo, entiendo que les gustan los niños, no las viejas como ella. Aun así, prometo estar más pendiente-. Sin decir que mi abuela es la sensación aquí en el barrio y sus alrededores, todo el mundo la conoce, saben donde vive, quienes son sus hijos y sus nietos, tampoco se me haría raro que sepan de la existencia de este blog, y aquí, pensándolo bien, este humilde blog tendría un poquito de éxito si se llamase ‘El nieto de Aleja’.

Decía que las viejitas esas me distinguen, pero ellas creen que me conocen. Como yo no las conozco a ellas, ni me interesa conocerlas –solo a las que tienen nietas presentables-, yo no las saludo. Me da risa ver esa cara de ponqué que ponen cuando ven que se van a encontrar conmigo, yo me hago el loco y cuando nos cruzamos solo las miro de reojo para ver como esa cara de ponqué se convierte en menos de un segundo en una de total decepción.

-ayy Julián, el nieto de Aleja no me saludó –deben de pensar las pobres

Yo no las saludo por mala gente, o tal vez sí. Pero principalmente, no las saludo porque ellas en sí no me quieren saludar, no piensan: ‘ay que chimba saludar a Juli’ no, ellas pretenden saludarme para decir: ‘huy saludé al nieto de Aleja’ me utilizan para incrementar su autoestima, para caerle mejor a mi abuela, y no, no pienso seguirles el jueguito, no estoy para que me utilicen –viejas morrongas-.

Hablo de mi queridísima abue porque últimamente he estado igual o más creyente que ella, he rezado todo lo que no he rezado en mucho tiempo.

Mis plegaria principalmente están dirigidas al Dios de la Investigación, y aunque sé que tal vez no es el mismo al que le reza mi abuela, se que este si me está escuchando. Por ahora mis rosarios, mis padrenuestros, mis ángeles de la guarda, mis credos están dirigidos a este personaje. Próximamente se dividirán entre el Dios de los detergentes, de la fotografía, el de la ética, el de los impresos y a ese tal Mr. God

Pero concentrémonos en el que me tiene más jodido, el que me ha hecho pasar por el apocalipsis sin ni siquiera haber conocido el génesis: el de investigación, no cualquier investigación, sino el de la investigación III

Dejando las sandeces a un lado –cosa que me hace muy difícil- me voy a referir a Dios como un único Dios.

Rezo por mí, por Matiu y por Sergio para que los tres pasemos la materia y nos enrumbemos tres días seguidos. La enrumbada en proporcional a la nota, si sacamos 3.0 –cosa que sería lo máximo- festejamos tres días, si sacamos 4.0 pues cuatro días –pero eso es imposible-. Vale aclarar que la enrumbada contará con material femenino, para que no hayan malos entendidos. Están cordialmente invitados.

Rezo para que a mis compañeros de Construcción de Marca les vaya bien en el final. Pero no tanto como a nosotros para que así Pao, Cata y yo nos ganemos la licitación. Aprovecho para enviarle un saludo al ticher Rodrigo, quien no se pierde una columna.

Rezo para que Rodrigo Ramos, mi profesor de ética, cambie de chanclas, para que bote esas modelo Jesucristo que tiene y se compre unas un tanto más modernas, y en lo posible, que se abstenga de dejar sus dedos al descubierto. O sea, que siempre se ponga zapatos. En el calzado El Zar hay unos baratísimos profe, yo veré.

Rezo para que ética me quede bien alta, ya que así puedo contrarrestar la nota Investigación, y lograr el promedio que me exige don Carvajal para seguirme colaborando en el estudio.

Rezo para poderme recuperar rápido del pie, para así poder seguir jugando en el torneo que organiza don Carvajal.

Obviamente rezo por la salud de mi familia; de mis amigos, de mis no tan amigos; de los que me quieren mucho, de los que no me quieren tanto, de los que me quieren poco, muy poco; y por la salud de mis desocupados lectores.

También, ohh padre omnipotente –seria más divertido si fuera ovni potente- te pido para que le consigas algo para hacer a mis lectores, para que dediquen su tiempo en algo productivo y no lo mal gasten en cuanta desfachatez publique este servidor. Mejórales el gustico, haz que lean algo productivo, algo que de verdad les sirva en su diario vivir, que se yo. Que lean a Faciolince, a Willy Ospina, a Claudia López, a Daniel Coronell, a Jaimito Bayly, a María Jimena Duzán, y obviamente a mi buen amigo Daniel Samper Ospina –solo por mencionar a unos pocos-.

Para mis lectores de tipo exportación no tengo ninguna sugerencia, pues a pesar de ser este un blog internacional, su humilde creador es más criollo que cualquiera y a la única autora que ha leído es a Stephany Meyer.

Para no alargarme tanto, solo quisiera pedirte que haya muchas temporadas más de Dr. House, que los de El Tiempo dejen de ser tan regalados con el gobierno, que a Chávez y a Correa les dé una diarrea bien hijueputa, que mis compañeros y yo ganemos todas las materias del semestre, que aparezca un candidato digno para tomar las riendas de este país, que los pelados de la sub 17 ganen el mundial, que me contraten en una agencia de publicidad, que por el bien de los colombianos el padre Chucho se retire de la televisión, que me gane el Baloto sin nisiquiera jugarlo y que Carolina Cruz deje a Lincoln y se vaya a vivir conmigo.

Quedan muchas cosas por decirte padre misericordioso pero entiendo que estas muy ocupado recibiendo las suplicas de los hinchas del América para que su miserable equipo prospere.

Y para la próxima vez que queras hablar conmigo no me timbres, gástate el minutico hombre. Quedamos pendiente de aquello que te dije la otra vez. Yo veré

Amen

domingo, 1 de noviembre de 2009

Cagado y con el agua lejos

Durante mi corta y poco exitosa vida me he dado cuenta que la gente es muy acomplejada respecto a la cagada se refiere. No hablo de las cagadas que hago cuando estudio; o de las cagadas que les he hecho a algunas viejas, compañeros del colegio, de la U, etc. Ahí perdonaran todo lo malo. Hablo de las cagadas, cagadas; las literales, las cafecitas, malolientes, blanditas ellas, gruesitas algunas, y cuanta variedad exista.

Decía pues, que las personas tenemos un trauma bastante grave con el arte de cagar. Le han cambiado de nombre y hasta le han puesto apodos: la gente –y sobre todo las mujeres- no van al baño sino al tocador, no cagan sino que hacen del cuerpo, no hacen popo sino pupis, no se tiran pedos sino fotecitos, y además juran que les huele a una esencia floral –como si desayunaran con Sampic-.

Cuando estaba en el colegio recuerdo que todo el mundo negaba haber cagado siquiera una vez allá.

-Nooo, nunca, aquí en el colegio nunca he cagado –decían

Esta bien, yo también hacia parte de esa gran mayoría.

Es que cuando le dan ganas a uno, le dan ganas. No hay nada que hacer. Bueno, solo una cosa: evacuar, rendirle cuentas al organismo. No hay más.

Aunque en su tiempo me dio pena admitirlo, hoy lo confieso y grito a los cuatro vientos que yo también cague en el colegio. No le veo nada de malo a eso, lo malo no es cagar, lo malo es no limpiarse. Y en mi caso siempre me las ingeniaba para conseguir un papel, higiénico obvio; no falta el que se limpia con hojas de cuaderno y cree q uno también, en serio, supe de unos casos.

Cuando fui a entrar a la U, mi primo me dijo que tuviera presente tres cosas: que me fuera en Coomoepal 10, que cagara en un cuarto piso y que las de mercadeo son unas perras.

Dándole uso a esa 'ley Autónoma' ya son tres las veces que me ha tocado subir a un cuarto piso.

Hace algunos días en la U, estando todavía enyesado –¿ahh no les he contado?, ya no tengo yeso- me dieron las propias ganas de desechar la comida que mi cuerpo digirió.

-Juemadre no voy a poder aguantar –me dije a mi mismo

Pues era la una de la tarde y yo salía a la seis. Tenía -quería- quedarme a una conferencia de Cesar Beltrán.

Al ver que mis predicciones eran ciertas, que la luna se ubicaba paralelamente a Saturno y a cinco grados de la Tierra -serios indicios de no aguantar-, decidí subir al cuarto piso. No un cuarto piso cualquiera, sino al cuarto piso del ala sur, donde se encuentran algunas facultades y una que otra oficina administrativa.

Como estaba en el sótano, me dirigí hacia el ascensor l e n t o, muy l e n t o –yo, no el ascensor-.

Cuando este paró en el primer piso, salió un cuchito y entró una vieja ahí toda picada a loca.

Nunca nos habíamos visto, nos conocimos es una rumbita y desde el día siguiente me mira mal la muy malparida esa, no se que le hice pero le caigo mal. Pero sabes que: vos también me caes mal, ¿Por qué? No se, pero me caes mal.

En fin, la boba esa se bajó en el tercero y pues yo en el cuarto.

Como en las pasadas ocasiones había realizado esta odisea en los cuartos pisos de las aulas, no sabia donde estaba el baño allá en ala sur, y mientras lo ubicaba me di cuenta de que allá en ese edificio, en ese piso, queda nada más ni nada menos el restaurante de los profesores y junto a él, el gimnasio de los mismos.

Ahí afuerita estaba Mónica, la directora de mi carrera, quien me conoce y me estima bastante, un saludo para ella, se que me esta leyendo.

Por supuesto que, apenas la vi, a mi se me bajo todo, no, al revés, se me subió. En fin, no quiero ser tan grafico. A lo que voy es que a penas la vi se me quitaron las ganas de una.

Me hice el huevón –cosa que sé hacer muy bien- y como ella no me había visto comencé a bajar para abajo -ni modo que para arriba-. No mentira, comencé a bajar al tercer piso, donde queda la facultad de humanidades.

-ay, usted que hace bajando escaleras –me dijo a penas me vio

-ehhh no, es que vengo para humanidades, yo creí que era en el cuarto piso –le dije mientras dudaba de mi propia versión: ¿yo, en humanidades? Jajajaja ¿pa´que?

-ahh bueno, mucho ojo, no camine mucho –volvió a decir mientras se reía viendo mi particular swing al caminar

Entré a humanidades, puse cara de huevón e hice el amague como si estuviera buscando a alguien.

Fui hasta el fondo... volví, tranquilamente pudieron haber pasado unos 15 minutos. Igual estaba sin afán: ya no tenía ganas de 'hablar con el presidente'.

Al salir de la facultad me encontré con Charlie Andriu, el ex director de mi carrera y quien es parcero mío.

-no no no, ¿que le paso viejo? –me preguntó con su singular acento paisa

-ahh hermano, usted sabe que cuando uno es calidoso… -todos sabemos que no, pero yo quería dármelas de buen jugador

-no no no, ¿y cómo fue?

Ahí me puse a explicarle todo con lujo de detalles.

Por fortuna, aquella misión que había emprendido momentos antes se había quedado inconclusa. Me fui a la dichosa conferencia, cuando salí llame al Fi para que me recogiera, llegue a mi casa, termine la misión, estuve en aquel limbo que describía Kaleth Morales y fui feliz.

BONUSTRACK: recuerden que este blog apoya la campaña para reconstruir El Salado. ¿ya tienes tu manilla? Más información en http://www.ytuqueestashaciendoporcolombia.com/
Recuerden que regalaré una a cinco lectores, para participar debes escribirme diciendo que la quieres y listo, así de fácil. La selección se hará al azar. Sorteo es evaluado y certificado por ETESA. Los ganadores se publicaran en la proxima columna