martes, 8 de diciembre de 2009

Señor Hernández

Querido lector, la siguiente es una publicación extra oficial, no lleva el estilo de todas mis publicaciones.

Para leerla hay que tener en cuenta que a lo mejor no se va a reír, a lo mejor le va a parecer muy mala y seguramente por momentos va a tornarse un poco enredada.

Como ustedes saben, así este humilde blog trate de cosas cotidianas, yo evito al máximo hablar de cosas personales, por muchos motivos, ya sea porque son cosas aburridas, delicadas, impresentables o de poca importancia –como es en este caso-.

Hoy me levante un poco tarde, le alegué a mi hermana porque la pille con las manas en la masa, o sea, con las manos en mi desayuno, leí un par de artículos de SEMANA y prendí el computador. Cuando abrí el correo me encontré con un mail bastante particular.

No era Samper Ospina el que respondió, ni Jaime Bayly, ni ninguno de mis tantos amigos escritores.

El mail comenzaba con dos fragmentos de distintas columnas de mi autoría, cosa que me llamó la atención.

‘··Nací bajo el lecho de una familia 100% católica. Mi abuela Aleja, la abuela que más quiero –pues es la única que tengo-A no ser que uno fuera lambón con el presidente del club, o que el papá de uno fuera intimo amigo del mismo. Yo, gracias a Dios no tengo ni lo uno ni lo otro, es decir, ni tengo papá –aunque mi mamá es una excelente papá-, ni tengo un pelo de lambón –antes me hacia el lambido de vaca en el pelo, pero no viene al caso.··’

Y concluía con lo siguiente:

‘Le aconsejo que medite y piense con claridad, que cuando se es joven, se dicen guevonadas, se cree que el mundo es solo para uno, si tanto le duele decir que no tiene PAPA, debe de cambiarse el apellido , jurídicamente lo puede hacer, y si no quiere tener el apellido materno TRUJILLO; es decir hijo de madre soltera, puede inscribir por ejemplo: HURTADO; CHAUCANEZ; CHATE; BAYLI; así descansa y no sigue con la triste realidad de que no tiene PAPA; Agradézcale a mi DIOS; de no ser que su PAPA; se le monto a su MAMA; a pesar que ELLA, no quería nació su vástago’. DARIO

Un mail bastante particular, como ya lo dije, y muy divertido.

Cuando terminé de leer, miré quien era el remitente. Ahí decía: Darío Hernández Ospina.

Como no me acordaba muy bien del nombre del papá de mi hermana, busque en un registro civil mío y efectivamente los nombres coincidían.

Sea esta la oportunidad para responderle al señor Hernández el buen gesto de escribirme este mail, ya que la carta que hace dos años llegó a mis manos aun no se la voy a responder. Créame que la conservo, es más, la saqué hoy y la volví a leer, ya que nunca me había reído tanto, como el día en que leí esas palabras. De pronto, de pronto se la respondo. Si es que saco un tiempito por ahí.

Valga aclarar que le respondo por esta vía, ya que me da miedo responderle por medio de un mail privado, no vaya y se me estalle el computador. También, porque entiendo que es un lector mío, cosa que me parece muy bien, y lo mínimo que puedo hacer por mis lectores es responderles.

Señor Hernández, son muchos los errores que detecto en sus palabras, permítame decírselos.

Primero: usted me aconseja que medite y piense claramente. Déjeme decirle que no pierda su tiempo aconsejándome cosas. Por un lado, sus palabras siempre me entraron por un oído y me salieron por el otro -cosa que es de admirar- ya que gracias a sus genes soy bastante orejón y lograr que una cosa entre y salga por medio de mis ‘parabólicas’ ya es mucho merito. Por otro lado, yo ni medito ni pienso claramente, eso como que también viene por parte de los Hernández.

Segundo: menciona usted que cuando se es joven se dicen ‘guevonadas’. Discrepo con usted esa afirmación, busqué ‘guevonadas’ en el diccionario de la Real Academia y me encontré con que esa palabra no existe, existe ‘huevonada’ que viene de ‘huevo’ no sé si sea esa la palabra que usted quiere decir. Me parece el colmo que un abogado –poco prestigioso, pero al fin abogado- diga que un joven dice huevonadas –con h-, déjeme invitarlo a que consulte en internet a jóvenes que han hecho cosas grandes por el mundo, seguro le aparecerán millones de resultados.

Tercero: no está ni cerquita al decir que me duele mucho no tener papá, por el contrario, es una cosa que me hace muy feliz, ya que es un motivo más para estar orgulloso de mi mamá.

Cuarto: jurídicamente sé que tengo el derecho a cambiarme no solo el apellido, sino el nombre también. Por unos años lo pensé, pero después me di cuenta que a mí ya me reconocen por mi nombre, mi nombre es mi identidad, mi marca. Así que descarte esa posibilidad. Cabe agregar que esos apellidos nunca estuvieron dentro de mis planes ¿Qué pasa con esa creatividad? Si uno se va a cambiar el nombre o el apellido, debe de cambiárselo de una manera bacana. ¿Qué sé yo? Max Power, Homero Simpson o una vaina así. Apropósito Bayly termina con Y, no con I. ¡Hay que leer!

Quinto: vuelve la burra al trigo, el no tener papá no es una triste realidad, ni para mí ni para nadie. Antes al contrario, para muchos es una feliz, confortante y valiosa realidad.

Sexto: yo le agradezco a mi Dios no porque usted se le ‘montó’ a mi mamá, sino porque me dio el regalo divino que ella representa.

Séptimo: me queda difícil creer si ella quería tenerme o no. Según me cuentan si quería tenerme, también Yuceth -quien pedía a gritos un hermanito-. Que usted no haya querido tenerme es otra cosa, cosa que me vale huevo, cosa que me parece justo, ya que yo nunca quise que usted fuera mi padre.

Octavo: ¿montar? Buueno, que para usted hacer el amor sea montársele a alguien no me extraña, peores cosas se esperan de usted. Creo que el resto de la humanidad tenemos un significado diferente al que usted tiene para lo que hacer el amor se refiere, ¿no se si se acuerde como sea la cosa? Si no es así, le aconsejo que vaya a la droguería más cercana, se compre un par de pastillitas azules y vaya a montársele a cualquier puta de por ahí, si no consigue puede ser recursivo y montársele a su perro, a un gorila del zoológico o a cualquier animal que se encuentre por la calle.

Eso en cuanto al mail que recibí esta mañana.

Aparte, déjeme decirle que me pareció muy mal hecho que usted involucrara a su familia en esta pelea. La vaina es entre usted y yo. Si su mamá y sus hermanos se vieron afectados, pues ahí no puedo hacer nada. Javier, su hermano, el de Estados Unidos, ese que lo mantiene, me llamó hace años un par de veces que para arreglar las cosas. Yo desde el principio le dejé claro a él y todo el mundo que por mi parte las cosas no tenían arreglo, que usted está muerto para mí y muerto seguirá estando. Que si él quería venir a saludarme yo lo iba a recibir de la mejor manera, al fin al cabo el nada malo me había hecho, por el contrario, había hecho mucho por mí, más que usted.
A Javier no tengo mucho por decirle, tengo entendido que ha venido un par de veces y en ningún momento se ha aparecido por acá. Me parece muy mal porque él si me parecía todo un señor, pero bueno, allá él.

A su madre y a su hermana tampoco tengo cosas que decirles, por un momento las llegué a querer y todo, así siempre me hayan parecido unas hipócritas.

Del resto de su familia no me acuerdo bien.

Un día vino Heber, creo que se llama así, y me saludo muy amablemente, saludo que le fue correspondido.

Piedad, Gustavo, Nayeli y Adrian siempre me han parecido simpáticos.
Gilma es más tía de mi mamá que suya.

Y a Javiercito siempre lo he querido. No sé que con qué cantidad de patrañas, blasfemias y artimañas lo habrán envenenado. Me alegró mucho hace año y medio que estuvo por aquí. Es un niño de admirar, es bastante educado, buena gente, tiene un estupendo sentido del humor y juega bastante bien al futbol, le auguro muchos éxitos. De lejos es lo mejor que ha salido de la familia Hernández, por favor háganmele llegar mis saludos y mi cordial invitación para que vuelva y se quede muchos días en mi casa. Felicitaciones a Javier y a Liliana por ese pequeño hombre que educaron.

Señor Hernández, déjeme recordarle que usted se ha sustraído al deber de prestar alimentos, que dele gracias a su Dios que mi mamá nunca lo demandó por inasistencia alimentaria. Pero infortunadamente yo no le herede a mi madre tan buen corazón.

Y agradézcale también a su Dios que yo fuera muy pequeño cuando usted sacó a relucir su falta de hombría y vino aquí a quebrar los vidrios, a romper las porcelanas y a insultar a mi mamá. Hoy en día no se le ocurra repetirlo, ni eso, ni el intento de pegarme que tuvo hace cinco años, menos mal está bien lejos, porque así para mi usted esté muerto, soy capaz de resucitarlo para levantarlo si se vuelve atrever a intentar ponerle un dedo encima a mi o a cualquiera de mis seres queridos.

Si algún día se atreve a volver a tratar de insultarme a mí o a mi mamá, espero que sea un poco más creativo, que diga palabras que de verdad duelan. Ya que a mí no me importa en absoluto lo que usted diga de mí, y mucho menos de mi mamá. Todos quienes la conocen saben que es un ser excepcional, que es la madre que todo el mundo quisiera tener y que seguramente ya tiene un lugar ganado en el cielo.

Le propongo que hable tal vez de los daños que me dejó. No sicológicos sino físicos, por ejemplo: las orejas que herede de su papá, los cueritos de las manos que se me caen por temporadas y un sinfín de enfermedades que me llegarán en un futuro, como la del riñón.

No pierda su tiempo mandándome consejos jurídicos, esos se los pido a un asesor bastante bueno que tengo, del Externado y todo. No es ningún tinterillo como usted.

Por último, quiero pedirle perdón a las dos personas que más quiero en la vida: mi hermana y mi madre. A mi madre porque sé que le duele mucho que su hijo nunca vaya poder perdonar al ‘hombre’ que puso su espermatozoide para su creación. No porque sea él, valga aclarar, sino porque le duele que su vástago se haya convertido en este hombre que enterró a su padre a los 13 años. Y a mi hermana porque soy consciente de que este tema le afecta mucho a ella, pero bueno, no puedo hacer nada, en parte es culpa suya, solo en parte porque el único culpable es el señor Hernández.

Digo que en parte es culpa de mi hermana porque ella mantiene contándole todo a él. Yo ante eso no puedo hacer nada, si le quiere contar, que le cuente, a mi no me importa.

No siendo más señor Hernández, le sugiero que siga construyendo la poca vida que le queda como lo ha venido haciendo en estos cinco años. No le deseo el mal, ni mucho menos. Le reitero que para mi usted está muerto y muerto seguirá, por mas carticas chimbas que me mande, por mas correos que me escriba, usted seguirá siendo un finado. Espero nunca más volver a verlo, si me lo encuentro por ahí, haré lo que he venido haciendo siempre: hacer como si usted no existiera.

Att: Julián, quien alguna vez fue su hijo.

3 comentarios:

  1. Sr Hernández es ud muy gallardo y valiente, yo a mi papá solo le dije púdrase malparido, hubiese querido esa elegancia y ese donaire (no sé si esa palabra existe, pero me parece buenísima)

    Un saludo

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  2. :O Ya no sé que comentar.... Al empezar a leer no pensé que fuera una entrada tan pesada, llena de sentimientos y sinceridad arrolladora, medejó impresionada señorito Hernandez veo que además de mamagallista tiene usted los pantalones muy bien puestos y la cabeza bastante clara...

    A su donante de esperma le digo que si no lloró cinco días seguidos con éste Post definitivamente está muerto en vida....

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  3. Julian Que te digo...como te dije llegue a tu Blog por accidente, como ya lo habia anotado en otro post pero me dejas sin palabras, eres sin lugar a duda un joven maduro, aun para tu edad y como madre que soy, estoy más que segura que apesar del dolor que los hechos hagan sentir a Doña Yaneth, eres un hijo con mucho valor, que la fortalece. Te felicito y espero que esa versatilidad en tus palabras, que son muestra de tus sentimientos, te abra mil puertas. Te felicito.Julia. Bucaramanga. pd. disculpa mi falta de tildes. mi teclado falla a veces.

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