Estimado lector: esta es la tercera parte de una trilogía que comenzó con ‘El talón Aquiles: la cita’, siguió con ‘El talón de Aquiles: la cirugía’ y culmina con esta ‘El talón de Aquiles: maldita recuperación’
Tuve cuatro días para el olvido, de martes a viernes, fue horrible: mantenía todo el día echado en la cama, no resistía ni el mas mínimo roce en mi pequeño cómplice, solo me paraba a comer y a ‘descomer’, mantenía en bola, dormía en una sola posición, la espalda la tenia jodida, me tenían que hacer todo. Quería morirme. Que mierda estar así.
Al otro día de la operación, el martes para ser más exactos, de la clínica mandaron a una enfermera para que viera como estaba yo. Muy querida ella, me examinó, examinó al operado, y dijo que nos veía bien a ambos, que estábamos logrando una ideal recuperación, y que seguramente en un par de días íbamos a estar bien.
Hay dos cosas que le reprocho a mi mamá: una es no haberme hecho la circuncisión cuando estaba pequeño –yo, porque él lo sigue estando-; y la otra es que cuando me la hice, no le preguntó al doctor si me podía bañar o no. Y tanto que le insistí:
-Mami, cuando venga el doctor a decirte como salió la operación, le preguntas que si me puedo bañar después de, porfa –le dije dos segundos antes de entrar al quirófano
Como a doña Yaneth se le olvidó preguntarle al doc, me tocó preguntarle a la enfermera que vino a mi casa, ella me dijo – y ojo a esto- que no se me fuera a ocurrir bañarme, que ni por el putas, que mejor dicho…
Era viernes y yo ya estaba mamado. No bañarse durante cuatro largos días no es nada fácil, el pelo se te vuelvo mantecoso, las esencias que salen de tu cuerpo no son las mejores, la piel se te vuelve insoportable y la pecueca, ni se diga, espantosamente fétida.
No entiendo como hay personas que aguantan tanto tiempo así, sin bañarse, por eso admiro a Ana Karina Soto, no debe de ser fácil –la no bañada, aclaro; Porque ella ya ha demostrado que si-
Decía que no soportaba un día más, menos mal estaba a pocas horas de la cita con el doctor. El Fi (recuerden que se pronuncia ‘fai’) ya estaba por llegar y yo estaba prácticamente listo, solo era ponerme la pantaloneta.
-‘Solo era ponerse la pantaloneta’–escuche una voz algo sarcástica- ¿vos sos bobo o qué? Esa es la parte más difícil, eso es lo peor –House ¿eres tú?
Era mi conciencia la que hacia ese llamado, la que me advertía lo que se venía. Pero yo, como nunca le hago caso, fui a ponerme la pantaloneta y que dolor tan hijueputa. No pude, me la quité de una, era insoportable, el más mínimo roce se traducía en la mayor de mis desgracias.
-Tú eres fuerte Juli, todo un varón, vamos a demostrar de que estas hecho –me decía yo mismo como para darme ánimo y toda la vaina.
-Vos y yo sabemos que no vas a poder –otra vez aquella voz, House ¿eres tú?
Le quité la malla a la mejor pantaloneta que tengo, conté hasta diez y cuando iba en seis me subí esa pantaloneta sin pensar ni siquiera en las consecuencias. Jueputa, duele, duele mucho. Fue ahí cuando tome la decisión de coger la parte frontal de la pantaloneta y la cogí con la mona como cuando uno ‘arma carpa’ –los hombres me entienden-. Fue la mejor decisión que había tomado en mucho tiempo.
Así llegué al consultorio, la imagen visual era reprochable, nunca en mi vida había estado tan vulnerable. La imagen, como les digo, era patética, y el consultorio lleno, como pa’ variar.
-Usted viene para donde el doctor Erazo –me preguntó un viejo que estaba en el asiento de al lado
-Si
-Esta como demorado
-¿Si? –le respondí con cara como de ‘pregúntame cuanto me importa’, lo siento, pero a diferencia de mi mamá, no soy tan bueno haciendo amistades en lugares públicos
-Si, yo estoy aquí desde las cuatro
Yo voltee y me puso a hablar con mi cuñado, no suelo ser grosero, pero en esos momentos, en esa situación, lo último que yo quería era hablar con un viejito marica a punto de entrar a un examen de próstata.
Al fin me hicieron seguir, no había entrado y yo ya me estaba bajando la pantaloneta, sé que la vez pasada pedí si quiera un vinito, pero esta vez no aguantaba un segundo más con eso.
-¿Qué mas hombre?
-Bien doctor, aquí…
-¿Y cómo te ha ido?
-Pues podría estar mejor
-Bueno, vamos a ver eso
-Doctor, no lo llame así, mire que el también tiene sentimiento, si no es capaz de decirle Aquiles, al menos dígale el operado, o el chiquito, como prefiera. Pero no le diga ‘eso’
-Bueno, vamos a quitar eso
-Doctor ¿que le acabo de decir? -un momento: ¿quitar? ¿Dijo quitar?- huy quieto –de una me timbré y me puse en guardia
-Hombre –me dijo el doctor- me refiero a eso
Hizo énfasis en el plástico en el que estaba envuelto mi pequeño cómplice. ¿No les había contado? El estuvo envuelto en una vaina como papel contact todos esos días.
No les miento, la quitada de eso fue el momento más horrible que jamás he vivido. Nunca, y es en serio, nunca había experimentado tanto dolor. Jueputa, me acuerdo y me duele. Es indescriptible. La verdad no quiero hablar de eso. Es lo peor que me ha pasado en la vida, lo juro, me dolió hasta el alma.
-Sudaste huevon –me dijo el doc después de haberme quitado el plástico
-Gracias doc, viniendo de usted eso es un halago –le respondí- y si, no solo me hizo sudar, me hizo fue rezar
-Que va, eso no es nada –me dio una palmadita en la espalda y se sentó en su escritorio
Yo, que aun no me reponía de semejante dolor, no tuve fuerza para responderle. Hubiera sido mejor que me lo hubiera quitado –pensé- el dolor es muy horrible.
-Vea doc –le dije ya cuando me estaba reponiendo- le recomiendo la incapacidad
-ahh claro, vos quedas incapacitado por una semana más, y él, él no puede tener actividad por un mes
-Otra cosita, ¿Cuáles es que son los beneficios de la circuncisión?
-¿usted porque siempre me pregunta lo mismo? –Y agregó sin darme oportunidad de responderle- primero que todo: la higiene. Segundo que todo: Vas a durar más cuando tengas relaciones. Y tercero que todo: reducís las posibilidades de contraer algún tipo de enfermedad. Ahora no es que lo vaya a meter en cualquier huaca ¿no?
-No doctor, como se le ocurre, siempre muy selectivo en ese aspecto
-ahh bueno, me alegra
Mientras el escribía la excusa medica, yo me puse a detallar como había quedado mi pequeño cómplice.
-Doctor, doctor –lo llamé desesperado- me Salió otra hueva
-Hueva usted, eso es un ‘hematomita’
-¿Hematomita? Eso está muy grande (el hematoma, no el chichi) –estaba impresionado, y tenía que estarlo, mi muchacho había quedado deforme- ¿eso va a quedar así de feo?
-No, yo soy pulido. Eso le queda como de revista
-¿Y en cuanto tiempo voy a estar así bien del todo?
-No sé, en una semanita vas a estar mejor…
* Esta trilogía está dedicada a todas aquellas personas quienes estuvieron conmigo en esas dos semanas, en esas dos trágicas semanas. Gracias por todo. Ustedes saben quienes son.
**El hijo de Yaneth celebra que su ciudad este progresando. Apoya esta causa y gana buenos premios en http://www.publicarprogresacali.com/ y y gratis, como nos gusta http://bit.ly/progresacali
lunes, 22 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
jajaja compañero aunque no se le desea a nadie lo que a usted le pasó (gracias a dios no tuve que pasar por eso) .. la historia es para reirse... tan bien contado que en vez de sentir lástima viene es no a reirse de toda la historia.
ResponderEliminarJajajaja mijo pobre de tí y de él jajaja. Menos mal yo no tengo necesidad de operarme, porque si me tocara creo que después de la operació me fritara el cerebro de tanto dope que me iba a meter.
ResponderEliminarAfortunadamente lograste tu recuperación
ResponderEliminarEspero que "Aquiles" esté muy bien....Un saludo de mi parte ;)
Osea que Aquiles viene siendo como el nieto de Janeth? O ahí cómo es la "cosa"?. No Juliancho, ese dolor es tan indescriptible que ni lo describió, ud que es muy bueno en esas lides. Ok, que se le pase rápido ese mes de abstinencia!
ResponderEliminarYo que no tenía idea gráfica de cómo era la cosa... me leí tus tres relatos... eres fuerte!!! :O Menos mal las nenas no pasamos por ese tipo de cambios obligatorios dolorosos!!!! Chévere, muy chévere tu estilo para contarnos este rollo!!!
ResponderEliminarLo que más gracia me causó fue el comentario de "Yo soy pulido, eso le queda como de revista"... (Me imaginé al Dr. diciéndolo)
ResponderEliminarMuy buen post, el remate perfecto para esta historia. A veces se necesitan -literalmente- pelotas para saber contar bien estos asuntos "tan personales".
parcero bueno como siempre siga asi!! jajajajaja
ResponderEliminarjajajajaja, buenísimo, voy a buscar las dos primeras partes, que no las he leido
ResponderEliminar@nagispurious
Jajaja..Ole usted si que supo divertirme con su trilogía..Muy original y bien contado. Un abrazo!
ResponderEliminarxD
ResponderEliminarAhi compa!
me ha hecho reir de una manera tal que lo acompaño en su dolor xD
Bueno, un "peso" menos de encima, Juas! XD
ResponderEliminarMuy buena trilogía, espero que Aquiles disfrute su nuevo look para portada de revista.
Mucho mucho dolor esa cirugia...
ResponderEliminarYo le cuento que cuando era chiqui (10 años tal vez) un dia fui al baño y se me olvido tener la tapa de la taza del baño y... si como se imaginara toco que me hicieran la circunsicion a la fuerza . no es mucho lo que me acuerdo solo el amigo sangrando y yo llorando mucho.
Asi que solidaridad mucho tiempo despues de su cirugia con ese tipo de cosas... Saludos
jajajajaja Muy divertido post!
ResponderEliminarpobechito de "Aquiles" lo bueno es q ya estaras dentro de poco al 100%, no he leído los otros dos, pero enseguida me lanzo a leerlos .. q bueno q las nenas no pasemos por eso... uyy q dolor. Besos
ResponderEliminarYa la había leído hace rato, pero no sabía qué comentar... y sigo sin saber qué comentar =P
ResponderEliminarJulián (no sea tan sapo, nooo mentiras), valió la pena la espera! Su forma de contar las historias me parece muy chevere! Ojalá ya esté mucho mejor y aquiles tambien =P
Se cuida y mucha suerte!
Jajajajaja Juli vos no tenés remedio verdad?
ResponderEliminarMe mataste de risa oye que te consa te Ana Karina! Contá el chisme jajaja pobre amiguito tuyo ole, no te envidio pero para nada!!!!
Suerte con ese mes! Ya pasó no? Menos mal se acabó el dolor uisssss...
Oiga y pa qué es ese link? Cuente a ver...
Uy, ¡pero es que da para casi una novela del más profundo diálogo entre un hombre y su apéndice reproductor esculpido por un cirujano por razones de higiene!
ResponderEliminarBien, Juliá, buena pieza descriptiva de esa situación. Logras ponerlo a uno en tu lugar. Lo de durar más es una mentira del médico. Lo de la higiene, se previene con agua y jabón. Di la verdad, fue una cuestión estética, ¿no?
Porqué se hizo eso?
ResponderEliminar1. La higiene? Yo me lo lavo todos los días gracias!
2. Durar? Yo duro lo suficiente!
3. Enfermedades? Si eso previniera 100% hasta de pronto, pero no... entonces igual toca seguir usando condón!
Jaja yo ya había escuchado sobre este blog, muy recomendado... me gusto mucho aunque odio algunas d e las imágenes mentales que me cree jaja...Un beso para Aquiles a ver si se recupera pronto
ResponderEliminarDespues de esta entrada tan divertida... hace falta otra reciente publicacion!
ResponderEliminarsos un macho, oís. Mk yo no podría
ResponderEliminarExcelente... a lo bien que aventurarse a contar una tragicomedia tan personal requiere de bastantes huevos (aunque como vos dijiste que quedaste con tres... te sobran... ja ja ja) Digo tragicomedia porque para vos debió ser lo más trágico y doloroso del mundo, pero a mi me sacaste varias carcajadas, muy chevere tu cronica...
ResponderEliminarBTW Espero que no te pongas bravo por lo del hematomita... :D
Que pena lo habia escrito hace rato y no había dado click :S
ResponderEliminar