Fue ahí, sentada en un mueble de la casa de Socorro –quien a su vez es mi segunda mamá- donde mi mamá, Yaneth, mirándome fijamente los ojos y con su dedo índice señalándome bruscamente me advirtió: Julián, vos te llegas a poner aretes, o alguna de esas maricadas, y te me vas de la casa.
Tendría unos 8 años y no entendía por qué querría yo ponerme un arete –o alguna de esas maricadas- ¿acaso eso no lo usan las mujeres? ¿Qué sabe mi mamá que no sé yo? ¿Para qué un hombre se pondría un arete?
Esa vez me guardé mis preguntas y asentí mientras me imaginaba a mí, quien soy bien orejón, con un arete colgándome de la oreja mientras buscaba un puente donde quedarme por el resto de mi vida.
El motivo de esa advertencia tenía nombre propio: Jorge Andrés, el niño que vivía en el segundo piso de la casa de Socorro, con quien solía jugar a las escondidas, la lleva, ponchado, tin tin corre corre, 18 pasos y demás, el mismo que tiempo después me vendería en $800 unas imágenes pornográficas de Goku y Milk –razón por la cual me pegaron una cascada monumental- a sus 11 años y medio ya lucía con orgullo la candonga de oro golfi que llevaba puesta en su oreja izquierda.
Fue esa misma advertencia –la verdad no estoy seguro pero me gusta echarle la culpa a los demás- la causante para que yo haya crecido con un inevitable prejuicio hacia los hombres –al menos en nuestra cultura colombiana- con aretes, topos, candongas, pedazos de latas, ganchitos, alfileres, tapas de gaseosa o cualquier artefacto que estas mentes creativas suelen colgarse de sus partes auditivas: los veo y de entrada me dan mala espina, pienso que, como mínimo, me van a robar.
Con el paso de los años me guardé un par de preguntas más: me imaginaba, por ejemplo, cuál sería la reacción de mi mamá cuando me viera llegar “caído de la perra” –no de la perra Lina, mi ex novia, sino bastante alicorado-, que diría, entonces, cuando eventualmente notara en mí esa envidiable alegría y aparente tranquilidad que solo tienen los marihuaneros; ¿que sería más grave que echarme de la casa? ¿Echarme de la casa dos veces?
Por fortuna esas preguntas nunca tuvieron respuestas, me explico: la primera vez que me emborraché estaba con ella y lo único que me dijo al otro día fue: bacana la experiencia ¿cierto? Créanme que después de eso no me he vuelto a emborrachar en mi vida –la de la excursión en San Andrés no cuenta-. Por el lado del vicio no hay ni la más mínima posibilidad, jamás me he metido un cigarrillo a la boca y estoy seguro que nunca me lo meteré.
Dicho lo anterior sólo quedaba una advertencia, advertencia que yo no tenía presupuestada y que, si bien no era tan grave como la primera, esta si iba a traerme un par de inconvenientes. Aquella era la siguiente (imaginen tono de mamá, alzada de cejas y señaladas con el índice): mire, Julián, si a usted lo llegan a llevar a una estación de policías, sea cual sea el motivo, no pierda su llamada en mí porque yo no lo voy a ir a recoger a media noche ¡olvídese!
-Y si es a medio día
-Nada, allá se queda
Si me lo preguntan, yo diría que ella no sería capaz de cumplir ambas advertencias ¿pero para que arriesgarse?
Era precisamente esa última sentencia, aquella que me auguraba como mínimo una noche al lado de gente de la peor calaña –manes que seguramente a los 13 años ya tenía perforadas las orejas-, la que me rezumbaba en los oídos esa tarde del viernes del 27 de octubre de 2006 (lo recuerdo como si hubiera sido hace 4 años).
Yo jugaba en El Limonar (el equipo donde terminé mi carrera deportiva) y ese día, después del entreno, pensaba ir a respaldar a un grupito de compañeros del colegio que estaban aleteando a otros cuantos de una unidad residencial.
Mi respaldo consistía en ir a hacer acto de presencia, pues no soy de los que resuelve los problemas a golpes –por lo menos no golpes físicos, aunque ganas no me han faltado con un par por ahí, pero ese es otro tema-, sin embargo fue porque dicen por ahí que los amigos están en las buenas y en las malas, así “las malas” sean idioteces como peleas de grupos.
Salí de entrenar, decía, y me dirigí hacia el punto de encuentro que quedaba en el Primero de Mayo, el mismo barrio de la unidad –lógicamente, no íbamos a ser tan pendejos de citarnos al otro extremo de Cali-. Cuando llegué ya estaban unos y al cabo de unos cuantos minutos ya estaba el grupo completo, éramos como 40.
Yo le había dicho a mi mamá que no se preocupara, que después del entreno iba a ir donde Juliana –la chicuela con quien salía por esos días- y que no me demoraba, que íbamos a ver una película y ya, creo que eso fue lo que le inventé.
En bandola nos fuimos hacia la unidad de los susodichos y después de un par de minutos ya estábamos frente de la portería.
-Mírenlos allá –dijo señalando hacia dentro uno de los que había convocado a la gente- son esos cuatro gatos
-¿Cómo así? ¿Vinimos a pelear contra unos felinos? –Pregunté algo confundido- cojan oficio ¿Qué dirán las fundaciones protectoras de animales?
-No sea huevón, Hernández, mire que esto es algo serio, mire que vamos a defender el honor del colegio
-¿Ah sí? ¿Y si vamos a defender el honor del colegio porque aquí no está el rector?
Naturalmente nadie respondió nada, así como naturalmente los cuatro manes de la unidad no salieron. Los que si salieron fueron los papás de estos a hacer tiempo mientras llegaba la policía.
Uno de los señores nos dijo que nos fuéramos de ahí que ya habían llamado a la policía y que además él estaba enfierrado. A su vez, uno de mis compañeros, quien además era el más gamín y burdo del colegio, le dijo que él también estaba “enfierrado” y acto seguido se mandó la mano al pipí. Al señor le dio risa y puedo jurar que le vi una sonrisa coqueta hacia mi compañero.
De repente oímos una moto y acto seguido todo el mundo arrancó a correr.
-¡La policía, la policía! –gritaban como locos. Y de una empezaron a correr
Yo también hice lo mismo: recordé mis épocas de diarreico en potencia y corrí como alma que lleva el diablo.
Antes de llegar a la esquina vi que esa calle era en forma de “T”, por eso grité apresurado que cogiéramos unos para un lado y otros para el otro. Esto para despistar a los policías –quien solo eran dos, no sé si ya lo dije: pero solo nos perseguía una patrulla motorizada. Es que tengo serios problemas de escritura-.
Al llegar a la esquina yo cogí hacia la izquierda, sin contar que todos los demás –o al menos la gran mayoría- cruzaron hacía la derecha –les juro que todavía pienso que lo hicieron de aposta-. Es que me parece imposible: de cincuenta-y-tantos que íbamos sólo tres huevones cogíamos hacia la izquierda y, como era de esperarse, los hijuemadres policías salieron fue detrás de nosotros, con que agarraran a uno era más que suficiente para ellos.
Recuerdo que yo era el único avispado que había ido con maletín –por aquello de los guayos-, y además, de los tres, yo iba de último y en cualquier momento me agarraban del maletín y perdía el año.
De repente sentí la moto de la policía muy cerca de mí, en ese momento me las di de “Seiya” y le pedí a “Pegaso” que me diera todas sus fuerzas para correr. Pero nada, “Pegaso”, al igual que los otros dioses en los que creo –House, Adal Ramones, Picoro Daimaku, Vito Corleone, y demás- no me oyó y un par de segundos después aquellos hombres quienes algunos le dicen “aguacates” o “polachos", ya estaban a pocos centímetros de mí.
Entonces tomé una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida: parar en seco y correr hacia el lado contrario. Como los policías no se esperaban esa “chapulinada” –o sea no contaban con mi astucia-, desistieron de ir por mí y siguieron derecho en pro de atrapar a los otros dos que iban adelante mío.
Al final, cuando ya me había encontrado a los otros, llamaron a decir que había cogido a Carlos Ramírez, el "Daniel Arenas" del colegio. Pero como me caía mal por llorón no me importó y me fui para mi casa.
-Hola má, ya llegué –le dije como si la presencia misma no fuera suficiente para convencerla que efectivamente ya había llegado
-Hola ¿Ya comiste?
-Si señora
-¿Y qué tal la película?
-Huy, muy buena, me pareció bastante real. Era sobre persecuciones policiacas.
viernes, 22 de octubre de 2010
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jajaja muy buena, sobre todo porque ahora tu mamá sabrá que nunca viste película, ojalá la efectividad de sus advertencias sirva para que se olvide de ese pequeño incidente.
ResponderEliminarPor cierto, muy inteligente la chapulinada.
Jajajajajajaj excelente esta entrada, me reí mucho parce. Espero que doña Janeth no se emberraque al leer esto Tantos Años despues... Y ojala el Daniel Arenas del colegio no se haya acostumbrado a usar candongas y aretes jajaja
ResponderEliminarhahahaha el final estuvo muy bueno. Felicitaciones, Me rei como siempre
ResponderEliminarJajaja excelente, me encantó, pero confieso q me hubiera gustado mucho más si lo hubieran atrapado los policías porque ya me imagino la historia de la llamada a su mamá a pedirle que fuera por usted :P la chapulinada muy inteligente (y)
ResponderEliminarYo quería que lo cojieran jajaja. Ojalá haya segunda parte dónde si lo agarren y que esta sea en 3D.
ResponderEliminarBacano, me trajo recuerdos, pero acordate bien que eso no paro ahí.
ResponderEliminarja ja ja ja ja ja ja y dale con la pobre lina... o te dejó muy tragado o le tenes mucha rabia... sacasela al menos para orinar que se la tenés montada.... (si ya sé comentario muy gamin)
ResponderEliminarPD: Te demoraste resto en publicar!!!!!!!
jaja yo tampoco contaba con tu astucia, como siempre me hiciste reir con tus pendejadas... espero el próximo
ResponderEliminarBuen post, me hizo reír mucho. Me gustó el final (como si nada huebra pasado).
ResponderEliminarJajajajajajaja.......brutal, casi no la montas; desde que me dijiste hasta ahora pasarón como 3 cosas nuevas dignas de post jajajajaja..... por cierto se te olvido hablar Diego Ardila el "Neo" del Colegio jajajajaja.....
ResponderEliminarMe arrancaste unas sonrisas, me gusto tu entrada.. dale sos un groso... y la chapulinada era la mas logica
ResponderEliminar@camiloanews
Como siempre lloré de la risa, me encantó la entrada.
ResponderEliminarLo de caído de la perra fue lo máximo, me reí mucho.
Te felicito Juli, que talento.
Como siempre Julian.. excelente entrada, me encanto la Chapulinada XD jugada maestra! jajajaja y ahora ... eso le pasa a uno por ponerse a "defender" los otros si fueron vivos y llamaron la policia u.u .. en fin. Tu entrada me recordo un par de advertencias d mi papá... pero mejor me las dejo para mi XD un abrazo julian!
ResponderEliminarMe hiciste acordar de las amenazas de mamá, siempre me decía "Ay Carlos Arturo, donde usted, me pierda el año, LO AMAZO, LO AMAAAAZO, Y LO VUELVO A HACER" jajajajajaja uno si era bobo y pensaba que mamá era asesina en potencia o psicopata o una desalmada, muy buen post!
ResponderEliminarno entendí la conexión entre la policía y el arete. Coincidimos en que los hombres no se deben poner aretes
ResponderEliminarHombre Julian, en la parte de la Chapulinada me reí mucho. No se tarde tanto en divertirnos con sus publicaciones.
ResponderEliminarUn saludo.
@JKmilo
¡Excelente post!
ResponderEliminarMe recordó mucho las peleas después de salir del colegio y el momento en el que llegaba la Policía, ¡todo el mundo a correr!
Oiga buenísimo el post, lo felicito, no se imagina cuanto me he reído.
ResponderEliminarLo recomendaré, está divertidísimo.
Ja, ja, ja ^_^
ResponderEliminar¡Qué buena película! Y sin pagarle un peso a los abusivos de Cine Colombia n_n
Viejo me he reído a carcajadas, lastimosamente a mi no me salian las chapulinadas y siempre me cogian
ResponderEliminarDeberia publicar mas seguido
Llegué al blog porque vi una recomendación en mi TL. Resultado: No he dejado de reírme yo tampoco, y voy tarde a clase!
ResponderEliminarTe felicito, solo me he leído este pero me encantó.
Pero yo también soy del grupo amarillista que quería captura!
Oye, y que pasó con la chicuela? :-p
Ayy Juli vos cada vez mejor!!! casi que no apareces de nuevo... ingrato...y el Daniel Arenas era de tu sal'on?
ResponderEliminarQue gracioso que sos pibe, que divertida historia. Espero que tus aventuras policiales se hayan quedado en tu pasado y solo tengas éxitos en tu futuro.
ResponderEliminarWWWOOWWW!!! amo tus blogs!!! deberías publicar más seguido... :)
ResponderEliminarjuasss lo de los aretes, lo de la chicuela, la chapulinada y el final estuvieron para morirse de risa.
ResponderEliminarTendré que leérmelo entero el blog. Te felicito.
@annyperez99
Levanté a todo el hospital de la risa.
ResponderEliminarQue buen escrito, ahora me arrepiento de haber empezado el blog por el final...
Pero lo felicito, se lo recomendaré a mis pacientes para que entiendan por que los desperté.
Allá oigo a la médica que me lo recomendó riendose de fondo.
Felicitaciones, pero leer la salida de la comisaria habría estado magnífico.
Mirá nene, que pasado el que tenés... (vé)
ResponderEliminarEspero por vós y muchas más que ni tengás chicuela ni mas problemas con la ley.
Pero que entretenido que sos pebete! Me habían dicho que mucho pero sabía que tanto.
Esos actos reflejos de "último segundo" que lo asisten a uno pa' evitarle males al cuerpo y a la estabilidad emocional de la mamá y de uno mismo (por la cantaleta que se vendría si no se dieran), son una maravilla. Lástima que yo no los tenga dentro de mi repertorio de habilidades. A mí, aunque me gustaba mucho el chapulín, no se me dan las chapulinadas. Muy buena entrada!
ResponderEliminaruy no... yo si es que soy muy cobarde pa' las peleas... es que han pasado unas... que uno dice "eso le pasa a uno por sapo"
ResponderEliminarsevera la historia
me fijé la manera en que desprecia a su ex jajajaja
Desactivaste tu formspring!!!! y tantas preguntas que te tenía vé.
ResponderEliminarja ja ja ja ja ja ja ja ja
ResponderEliminara mi me este blog me lo recomendó una casi ex-novia pero no da para tantos cuentos ja ja ja ja la suya es especial.
Que buena manera de escribir, lo felicito de verdad.
Oiga usted en serio no se ha sacado un libro???????
ResponderEliminarsería un hit hermano!
@javier898
No hubo comisaría ni cai ni requisa? menos mal o Doña Janeth todavía te tendría castigado, seguramente, asi lo haría yo LoL.
ResponderEliminarDivertida entrada, me las leeré todas.
Que gran talento el que tienes, me he reído mucho.
juajajajaja lo de la chapulinada estuvo buenisimo como de MI juajajajajajaja
ResponderEliminarCompadre lo felicito yo ni sabía de su existencia hasta un FF de esta semana pero créame que lo voy a recomendar también jujajaja
Muy bueno el nombre del Blog
Y de esta chicuela si no cuentas anda!!
ResponderEliminarEsta si es juiciosa? o trabaja también en el mismo sitio que Lina? O ya encontraste una menos desjuiciada? o todas trabajan juntas? jeje
Que buen estilo, muy diferente a los otros blog que me he leído (me confieso blogg-adicta). Yo también llegué por una recomendación de viernes, y llevo horas aca sentada y ya me leí un año entero. No pude parar.
Eres talentoso y divertido, de verdad te reitero todas mis felicitaciones.
@Nattys_m
Y que fue del de la cascada y de Juliana?
ResponderEliminarhace mucho no me divertía tanto leyendo.
Ojalá sacaras muchas publicaciones mas seguido.
Para que tu mamá vea que la platica de la universidad no se está perdiendo
Ana María Molano
Cuñado! Primera entrada que leo, un acierto absoluto che. Que diversión.
ResponderEliminarEstaré leyendo lo demás.
Por que no tenés Formspring?
ResponderEliminarme he reido, me he reido mucho!
ResponderEliminarMañana no me voy a levantar por culpa de tu blog.
Te felicito, por ti voy a seguir todas las recomendaciones que me hagan los viernes porque me estaba perdiendo de unas historias muy buenas.
Lo de los caballeros del zodiaco me hizo reir a la lata.
Pero que caspa eras! (o eres (?))
Pero asi escribas desde la carcel o desde la central de Lina, te seguiré leyendo.
Tu tienes algún libro? o escribes en alguna revista? porque me gustaría mucho conseguirla.
Gracias
@issa_mendez
Oye te super recomendé. Excelente historia para leerse en una noche de insomnio, he botado todas las carcajadas del mundo.
ResponderEliminarSi invocas a tantos dioses, Doña Aleja y Doña Janeth no se enojan?
La chapulinada estuvo de 10 y el final me encantó.
Menos mal tengo muchas publicaciones por delante por leerme de las que ya están y espero tener muchas mas de las que estes por escribir.
@lau_ospina
jejejeje sencillamente me gusta como escribes
ResponderEliminarGenial, llegue a este blog casi que por accidente, pero me hizo reir bastante, muy bueno te felicito; creo que me hare asidua fan de tus publicaciones un abrazo. Julia. Bucaramanga. Colombia.
ResponderEliminarMe reí tanto como si te hubieran agarrado...me pregunto si doña Yaneth ya sabe la verdad o se está enterando como nosotros con este post?
ResponderEliminarJulián , tu si eres muy de buenas, no solo sales bien librado en todas estás "situaciones" sino que tienes una mamá maravillosa!! Pero Doña Yaneth eso si le digo a este hijo le faltó juete !! Ay Juli, eres la patada!!
ResponderEliminarme encanta tu estilo primo. muy fresco, deja al lector pegado.... te sigo leyendo. besos desde Venezuela. Carol
ResponderEliminarHayyy Dios, uno no termina de conocer a los hijos, que inocente soy...creanme que me estoy enterando de esta odisea...por favor Juli...si no me infarte con tu perdida en la casa de socorro...con esto seguro me infartaría...que cajita de sorpresas eres...FELICITACIONES POR TUS ESCRITOS...TE AMO...
ResponderEliminarjajaja, me hiciste reir, sabes yo estudie con Yaneth, tu madre, en el colegio y ella me dio las indicaciones para leer esto, y claro que me la imagino a ella diciendote lo del aretico, gracias a Dios y a esos consejos no lo llevas, te felicito.
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