Por Paula Andrea Calderón
Hay un corredor blanco, estoy corriendo completamente desnuda y cubierta en sangre. Ese hombre me persigue pidiéndome que regrese, que le entregue todo lo que ellos necesitan…
Como siempre, Lorenzo, el enfermero del piso me despierta, estoy teniendo una de mis acostumbradas pesadillas, esas que hace mucho tiempo no me dejan dormir, si hubiera sabido que todo iba a terminar tan mal no lo habría ni intentado.
Soy Lorena, una vez más, estoy en el baño de Mistif, la disco del momento, dándome un “pase” para poder sobrellevar otra perra noche, mis amigos me esperan afuera, no quiero salir; estoy aburrida de andar con los mismos fantoches de siempre, los amigos de la U y los hijos de los amigos de mi papá, todos “niños bien”, pero en verdad son seres despreciables.
Entró Adriana, la hija de doña Susana, costurera de barrio, esta desesperada por que no encuentra droga, el hombre que le pagó esta noche para estar con ella, no le quiere facilitar la “dosis” y ella sabe que sin ésta no logrará continuar con su trabajo; es bien pago, pero apenas esta empezando. Roberto, un hombre involucrado en la trata de “blancas”, le pagó sus “teticas”, y esto le dá más prestigio en el medio de las prepago.
Lady, la pelada que limpia el vomito de una vieja que entro antes, está aburrida de recoger los regueros que dejan los borrachos todas las noches, el vomito de las borrachas, la mala puntería de los hombres en los orinales, el asqueroso ambiente que se respira en esos desagradables baños de disco, pero al ésta ser disco de la “high”, no pueden dejar que en ningún momento se vean mal, ese, es el trabajo de ella, una chica que al quedar huérfana se vio obligada a trabajar en lo primero que le ofrecieran, Don Eloy, el dueño de la disco, fue lo único que le pudo dar.
Allí estamos las tres en ese baño, cada una viviendo su desgracia. Me acerco a Adriana, no sé por que, pero algo en ella me atrae, le ofrezco un poco de coca. Lady se acerca a ver que pasa, me ayuda a levantar a Adriana del piso y nos lleva a un sitio donde ella tiene acceso, detrás de la disco, para que las tres podamos tomar un poco de aire fresco.
Ya un poco recuperadas aparece Gabriel, uno de mis amigos, esta hablando por celular. Tratando de escuchar que está diciendo, me doy cuenta que se le daño un negocio y necesita una vieja para que le ayude, -ese cliente esta perfecto y tiene buen material, pero sin la vieja no se puede hacer nada-.
Adriana también esta escuchando, cuando Gabriel cuelga ella se acerca a hablar con él. Un poco precavido, Gabriel me pregunta si yo la conozco, le digo que si. Él la mira fijamente y comenta que es perfecta para el trabajo, pero que igual necesita apoyo, por lo menos otras dos mujeres. Lady y yo nos ofrecemos a colaborar. Yo siempre supe que Gabriel estaba envuelto en ese negocio, de allí había conseguido toda la plata con la que le construyo una casa a su mamá y con la que invitaba a todos a rumbear, además que estas salidas le ayudaban a buscar futuros "donantes”. Camilo, la actual víctima era un tipo de unos 35 años, muy deportivo, sano, estaba celebrando su despedida de soltero con unos amigos en Mistif. Gabriel ya tenía las viejas para el trabajo, pero ellas habían tenido un inconveniente y no podían llegar a tiempo. Las tres estuvimos de acuerdo en hacer el trabajo. Lady se iba a poner una ropa que tenía guardada, Adriana iba para donde Camilo y yo estaba preparando mi carro para irnos. Luego de una media hora, Lady y yo llegamos a la mesa donde estaba Adriana con Camilo, ya había mucha confianza entre ellos, Adriana nos presentó como si nosotras fuéramos pareja. Camilo puso cara de hambre, claro, Adriana le había propuesto que tenia dos amiguitas y estaban por llegar, además, tenían ganas de juguetear esta noche. Los 4 nos dirigimos al carro, arrancamos. Gabriel ya nos tenía lista una casa cerca de la disco donde estaba todo preparado; un cuarto con todo para que empezáramos a seducir a Camilo, una copa con licor con algo que le habían agregado para que la victima quedara dormida. En un baño cercano, había una tina llena de hielo dispuesta a recibir a Camilo después de la “operación”. En otro cuarto estaba el médico, el duro. Nunca nos revelaron quien era el man, si alguna llegaba a verlo no viviría para contar el cuento. Todo iba muy bien, Lady y yo estábamos besándonos, Adriana le pasó la copa a Camilo, el olio la copa. No sabemos como el sintió un olor extraño en la copa, ese olor. Grito, dijo que esto ya lo había escuchado, un amigo lo habían cogido unas viejas, lo habían drogado y luego se había despertado en una tina llena de hielo, sin riñones. Empezó a gritar, Adriana se tiro encima de él, Lady saco un revolver de algún lado y le apunto. Ella me miro asustada, las dos nos habíamos dado cuenta que no había balas, si ese man se daba cuenta las podía matar a las tres. Camilo empezó a gritar que no lo mataran, que lo dejaran ir, que tenia una niña de 8 años. Allí recordé el día que iban a robar a mi papá, cuando el gritaba al frente mió, “no me maten ella es mi hija”, yo por dentro quería gritar que lo mataran, si era necesario, yo mismo lo mataba y a mi mama también, ese desgraciado me violaba desde los 6 años y mi madre nunca dijo nada por miedo a quedarse sin plata. Cuando volví a la escena, vi a Camilo y me imagine a mi padre, cogí un candelabro de metal que había al lado mió, le partí el cráneo, le pegue hasta que sus sesos salpicaron en mis zapatos. Adriana y Lady se asustaron un poco, pero luego entro Gabriel, preguntando que había pasado, lo único que atino a decir al ver aquella escena fue: -Carguen rápido a este marica antes de que se nos dañe el resto, yo me hago cargo del cuerpo, váyanse que yo las contacto después para lo de la plata-. Salimos las tres, Adriana tomo un taxi y yo lleve a Lady a su casa.
Salieron varios trabajos, Gabriel nos pagaba muy bien. Adriana ya no se estaba prostituyendo, en cambio, ya tenia 4 niñas que hacían el trabajo, ella solo trabaja con Lady y conmigo, además de cobrarle comisión a sus niñas. Lady estaba empezando el proyecto de su propia disco, estaba quedando muy bonita. Yo ya había logrado irme de mi casa, me acababa de graduar y ya estaba trabajando en mi primera película. Todo pintaba muy bien en el negocio que habíamos iniciado las tres, una que otra vez hubo inconvenientes con las victimas y yo era la encargada de “aplastarles la cabeza” disfrutaba cada golpe, me desahogaba pensando en mi padre.
Un día Gabriel nos llamo, había un negocio bueno y fácil. Dos pelados flaquitos, feito y con cara de nada, lo habían llamado para que les consiguieran un trío de peladas que le hicieran un show. Eran las victimas perfectas para tres profesionales como nosotras.
Adriana, Lady y yo llegamos a la casa donde nos habían citado a todos. Estábamos listas para entrar en acción, cuando uno de ellos, sin darnos cuenta le disparo a Lady en la cabeza, luego grito: -Quietas par de hijueputas que ustedes son las próximas, ¡necesitamos lo suyo!-
Se llevaron a Lady, todo lo tenían que hacer muy rápido. Ellos nos desnudaron, nos tocaban, estaban apunto de violarnos. Entro Gabriel, les dijo que ya habían terminado con Lady, que pasaran a la que seguía. Ellos se acercaron a Adriana, ella forcejeo y uno de ellos saco una navaja, le corto el cuello. Quede totalmente cubierta con la sangre de Adriana. Se la llevaron, yo era la próxima, no sabia que hacer. En un descuido de ellos logre salir por la puerta, ellos empezaron a correr detrás de mi, no podía entender lo que decían. Encontré una puerta entreabierta, la empuje y fue horrible lo que vi. Pedazos de Lady estaban tirados a un lado listos para ser empacados. Adriana en la mesa de operación improvisada con el vientre y el pecho totalmente abierto y mi papá con el corazón de Adriana en la mano.
Luego de eso no supe nada mas, solo que me falta un riñón y estoy encerrada en este manicomio, nadie me cree, dicen que sufro de bipolaridad y que nada de lo que digo es cierto.
N. de la R.
El anterior texto fue escrito en exclusiva para el especial de aniversario de nuestro blog. Lo expuesto en él no compromete la línea editorial de ‘El hijo de Yaneth’.
viernes, 23 de julio de 2010
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Que rarito cuento.... entretenido aunque no estoy de acuerdo con el final, lo de la bipolaridad... Pero pues se disfrutó...
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