jueves, 8 de julio de 2010

El bellísimo arte de equivocarse

Por Neil Rodrigo Jiménez

En mi día a día encuentro una serie de contradicciones tan inexplicables que hacen que mi trabajo como maestro me motive a seguir pegadito a mis estudiantes. No solo es el espíritu de sentirse “joven” por estar al lado de gente menor, pero en cada semestre que recibo una nueva oleada de juventud encuentro cada vez seres más extraños, no sé si definitivamente la universidad es otro planeta y esos seres extraños de cada salón representan la vida actual, pero si es así que contradictoras sus tendencias.

Y la contradicción parte de un elemento simple: la lectura... uy este man empezó denso porque a Julián se le ocurrió llamar a un profe a escribir... ¿no va a hablar de valores ahora?... Así como Julián disfruta una carcajada de su madre (que bueno sonó eso) uno de maestro disfruta cuando los alumnos leen, cosa que poco pasa. Por eso hace un año, cuando tuve la fortuna de tener a Julián entre estos extraterrestres me comentaba sobre lo que para él era ser el hijo de Yaneth (el bloguero naturalmente, jamás lo vi preguntarse sobre su existencia)... y recuerdo claramente que le comentaba que en mi poca experiencia de blogger veía como los largos textos se convertían en cosa de pocos seguidores y que las tendencias de los nano blogs inundaban la red, a lo cual le deseaba éxito, me comprometía juiciosamente a hacer click cada vez que enviara su “nueva publicación”, pero en el fondo el escepticismo era una constante, ahí empecé a equivocarme...

Recuerdo muy bien que el perfil de Facebook a cada posteo era inundado de “likes” o de comentarios con un apoyo desmesurado cual fans de Enrique Iglesias, o la cara de satisfacción del hijo de Yaneth cuando Mr Samper, gran ídolo de nuevas mentes, exaltó el trabajo de Julián y yo pensaba wow este loco con parecido a Tom Sawyer (por favor díganme que no soy el único, la embarrada es que el Tom Sawyer que me tocó a mí probablemente le tocó fue a Yaneth y no a su hijo y sus fieles lectores) estaba logrando en tiempos record lo que muchos blogueros quisieran con un elemento básico: autenticidad.

Que simple pero brillante camino, recuerdo que cuando llevamos algún conferencista (aka creativo de agencia loco) y manda un madrazo el auditorio estalla en risa, es mas, si a mí se me sale alguno en clase la reacción es similar. Llegué a pensar que esas historias llenas de MIO, llenas de circuncisión e incluso de visceralidad por una experiencia propia no eran elementos programados para satisfacer un público, era el reflejo de un ser que no resultó tan extraterrestre sino mas bien un referente. Ahí creo que dejé de equivocarme y seguirlo desde su mirada. Y que interesante, porque los que conocemos a Julián sabemos que no es un alter ego de El hijo de Yaneth, no es un héroe de barro detrás del teclado, es el que tuvo los cojones de preguntarle algo a un presidente. Es que él responde de manera acertada y propositiva ante cualquier foro que se presente, y ese mismo es el que tiene el sentido crítico y agudo para hacer de una situación sencilla una historia muy entretenida.

Divertido, incisivo y algo sarcástico, es una combinación que a mí me va bien, afortunadamente son mezcla de aciertos para que podamos seguir disfrutando de estas historias, a las cuales debo agradecer al autor no solo por la invitación a que le eche flores, sino porque al menos hasta ahora no he sido sometido a su acidez en su blog, ya que muchos de los que ahora están leyendo han estado en un pupitre viéndome en otro rol, así que sería un camino fácil, y al hijo de Yaneth jamás le ha gustado eso.

N. de la R.

Mentía yo cuando decía que todos los invitados a participar en el aniversario del blog eran especiales. Si hay alguien verdaderamente especial –a parte de mi mamá, por supuesto- es este señor que acaban de leer. No lo digo como consecuencia de la ‘echada de flores’ que me acaba de hacer, lo digo porque Rodrigo es la persona a la cual más le he aprendido, no solo acerca de mi carrera, sino sobre muchas cosas de la vida en general. Ha sido, es, y seguirá siendo –como alguna vez se lo dije- un referente en mi formación como persona y publicista.

Recibo con humildad estas palabras y agradezco públicamente el haber aceptado el llamado para ser partícipe de este humilde pero sentido especial de aniversario.

5 comentarios:

  1. Felicitaciones por el éxito del blog.

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  2. Oiga sí, por fin ubiqué de dónde se me hacía conocido Julián: The adventures of Tom Sawyer ^_^

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  3. Que bonito escrito, y si... si te pareces a Tom Sawyer.. el de las caricaturas

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  4. Wow qué orgullo aladincito!!
    Te felicito. Ya ves que la modestia también te acompaña jaa! además de todo lo que dijo este señor.

    Muy buen post, y qué buen aniversario!

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