sábado, 10 de julio de 2010

No te pierdas sin decirme a dónde vas

Por Lizeth León

Que a los calcetines les han salido 'paticas', no es nada nuevo; que el mundo está hecho a medias, me resulta una gran verdad. Se preguntaba Cortázar por la suerte de aquellos que luego de bajar al metro no vuelven a salir y enunciaba, con una razón hoy estadísticamente justificada, que aquél que se adentra a la estación no es el mismo que sale y, en el peor de los casos, ni siquiera regresa. En medio de la confusión parece claro, eso sí, que siempre se pierde la mitad de uno en algún vagón. Nos preguntamos otros, con las razones de la estadística de la casualidad, por la suerte de los calcetines que se sumergen en la lavadora -como los humanoides en el metro-, y que huyen caprichosos o no regresan.

Por ello, aprovecho el espacio que el dueño de casa -el hijo de Yaneth- buenamente me ha otorgado, para transcribir mi carta al calcetín o lo que sería, en el mejor de los casos, un llamado a medias.

Estimada media,

Que me hagas el honor de dedicar a mis trastocados horarios tu más reciente partida y que de repente una lágrima de desespero se cruce por mi cara debiera parecer pago suficiente por la vida arrastrada que has llevado a mi lado. Es verdad que te las arreglas para arruinar mis citas con otros y que me abrumas con tu ausencia allí donde deberías estar. Quisiera huir a una ciudad donde el calor me haga celebrar tu olvido con alguna otra media, pero ahora de ron.

Sé que siempre estuviste muy por debajo de todo lo demás, sobre todo de los zapatos, y que conmigo recibiste un trato a las patadas, pero no te puedes quejar del polvo que te procuraba, tirada en el piso o quizás sobre la alfombra. Dirás que es poco por haber estado tanto tiempo a mis pies, con la abnegación y bajo perfil que sólo a ti te pertenecen. Está bien, te lo concedo. Pero eso no te justifica a asumir pose de Alfonsina y perderte entre las voraces olas de la lavadora. Sé que te he pisoteado y dirás que tu orgullo ya está por el piso; sin embargo, sabes que te necesito. Cuando no estás el frío de tu ausencia me sube por los pies, y entonces no puedo dormir porque nadie duerme con los pies fríos.

En vano te elegí verde esperanza con el pretexto de que es la última que se pierde. Estarás en un festín de prendas con el Unicornio Azul, la sombrilla que dejé en el taxi el jueves pasado, el guante de lana de aquél par que me regaló mi padre y el arete de plata perdido en un sofá en Roma.

Media querida, qué fiel has sido. Cómo soportas el terrible olor, con cuánto sudor has sufrido, has dejado que el zapato te coma impunemente, y aún así dirás que no tengo derecho a pedir tu regreso pero, por favor, no me salgás calceta.

He iniciado una cruzada a favor de tu rescate. Imagina los avisos por la calle con tu imagen y un pie de foto con el letrero de 'se busca' o los clasificados en la prensa junto a la propaganda de tu talco favorito. Sólo espero que allí donde estés no corras peligro, que nadie 'te dé piso' y luego me llamen del mercado negro a pedir el reconocimiento de tu huella. Por favor vuelve a casa, no te pierdas sin decirme a dónde vas.

Vuelve, estimada media. La vida -y el piso- es duro y frío cuando tú no estás. Triste el día en que te abandoné en la lavadora, ese fagocitador de calcetines, sin ni siquiera extenderte un pañuelo blanco, dejándote a la deriva de un ciclo de lavado 'fussy', sin suavizante ni prelavado Vel Rosita.

Siento plañir con el corazón -calcañal- roto los calcetines huérfanos que guardo en el primer cajón del armario. Sí, la nostalgia es una media perdida, en especial si es la media naranja.

N. de la R.

El anterior texto fue escrito en exclusiva para el especial de aniversario de nuestro blog. Lo expuesto en él no compromete la línea editorial de ‘El hijo de Yaneth’.

10 comentarios:

  1. Ja, ja, ja ^_^ Muy buena la little wooden spoon.

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  2. Que buen post. Desde hacía un buen tiempo no recordaba lo agradable de la expresión "calcañal", ni tampoco el sufrimiento de nuestras inseparables amigas de clima frío. Después de leerlo en voz alta, todos los nonos de mi cajón, suspiraron.

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  3. Excelenteee texto, ¿doña Lizeth tiene blog/twitter para seguirla?

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  4. Muy bueno...
    Debo confesar que las medias son la parte favorita de mi ropa...
    Tengo por lo menos 100 pares de medias en mi cajon. Es triste cuando se pierden pues me gustan mucho...
    Especialmente las de lana-no-rustica y las de muñequitos.

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  5. Muy bonito el texto, aunque como advierte ella al principio, mencionando a Cortázar, no sólo habla de medias.

    Raquá, ella está en: vacio-bien-pensado.blogspot.com

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  6. Felicitaciones al hijo de Yaneth y especialmente a @cucharitadepalo por tan espectacular entrada. quede a medias realmente, deseando mas escritos de Lizeth... EPICO!

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  7. Cómo me gustaría decirte, Lizeth, no te pierdas sin decirme a donde vas.

    Por el momento seré yo quien me pierda.

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